martes, 14 de abril de 2009

Fenómeno de Evo Morales

Es imposible que hablemos de Evo Morales y no se nos venga a la mente la palabra "populismo". Si bien esta es definida como una doctrina política que defiende los intereses y aspiraciones del pueblo, últimamente es utilizada para referirnos despectivamente a aquel líder político que nos envuelve con su discurso esperanzador.

Es así, como gracias a este liderazgo basado en personalismo, el sindicalista cocalero, conocedor de la cruda realidad de su país, ha surgido y se ha mantenido en la presidencia de Bolivia.

Se preguntarán por qué el populismo marca la carrera de Morales, y la respuesta radica en la desigualdad, la que afecta tanto a Bolivia como a muchos otros países Latinoamericanos donde se practica este movimiento y que ha sido la base del surgimiento de él.

La desigualdad de clases y la mala distribución económica da lugar para que estos líderes políticos den un discurso que promete salvación y aspiren a un nuevo mundo, a través de ideas que se alejan de las reformas que la mayoría de las sociedades avanzadas han utilizado para surgir, me refiero al neoliberalismo.

Y así, Morales, demagogo por excelencia, defiende la dignidad de su pueblo, conoce sus virtudes y falencias, y por ende sabe lo que quiere escuchar su gente para mantener viva la esperanza, a base de utopías, claro.

El Presidente indígena es un fiel reflejo del populista en acción, el que promete y promete; el que habla y habla; el que se llena la boca con promesas y luego de la manera tan fácil como las dice, no las cumple y decepciona a su país.

Y el pueblo boliviano sigue creyendo en ese tan codiciado mundo libre de desigualdades que Evo Morales ha dejado tan plasmado en la mente de los ciudadanos con su discurso populista idealista.

Y así como un círculo vicioso, Evo promete, decepciona y vuelve a lo mismo. Pero si ya se conoce su cuento y estrategia, me pregunto...¿por qué los bolivianos siguen entrando a este juego?

¿Será el orgullo de tener un Presidente indígena que les hace creer que todo cambiará con unas simples palabras esperanzadoras? O será tan grande el poder hipnótico del populismo de Evo Morales?