Nos encontramos en pleno siglo XXI, y aunque los tiempos de independencia ya terminaron hace muchos años, Israel, ha sido la excepción.
Si bien los grandes conflictos mundiales desde la Segunda Guerra Mundial han sido pocos, no podemos dejar de lado la gran pugna palestino-israelí, que por años ha sido protagonista de diversos enfrentamientos, y que no puede dejar de preocupar al mundo.
Este conflicto entre potencias, más que disputas entre líderes, ha traído consigo miles de muertes de población civil, violación a los derechos humanos y ha afectado de sobremanera a la paz mundial.
Desde 1948 que Israel es un estado independiente, y se supone que un estado vela por la libertad, justicia y paz de los habitantes. Sin embargo, hemos podido darnos cuenta que desde la creación de este estado, se ha mantenido un constante conflicto con sus vecinos.
No olvidemos destacar que estos conflictos nacen del descontento árabe y sus persistentes ataques en contra de la población judía, que una vez más peligra su existencia.
¿No suena contradictorio que Israel, con una identidad religiosa tan inculcada, sea el meollo de constantes guerras y disputas por terrenos?
¿Será que la “tierra prometida” posee un atractivo religioso y especial tan poderoso como para provocar guerras hasta nuestros días y quién sabe por cuánto tiempo más?
Éstas y muchas otras preguntas surgen al cuestionarnos el por qué de las constantes disputas por los terrenos de Israel.
Será que los acuerdos de paz que ha logrado conseguir e imponer Israel, ya no sirven porque ese no es el fin? Entonces, ¿será el fin acabar con el estado de Israel?...
Si bien los grandes conflictos mundiales desde la Segunda Guerra Mundial han sido pocos, no podemos dejar de lado la gran pugna palestino-israelí, que por años ha sido protagonista de diversos enfrentamientos, y que no puede dejar de preocupar al mundo.
Este conflicto entre potencias, más que disputas entre líderes, ha traído consigo miles de muertes de población civil, violación a los derechos humanos y ha afectado de sobremanera a la paz mundial.
Desde 1948 que Israel es un estado independiente, y se supone que un estado vela por la libertad, justicia y paz de los habitantes. Sin embargo, hemos podido darnos cuenta que desde la creación de este estado, se ha mantenido un constante conflicto con sus vecinos.
No olvidemos destacar que estos conflictos nacen del descontento árabe y sus persistentes ataques en contra de la población judía, que una vez más peligra su existencia.
¿No suena contradictorio que Israel, con una identidad religiosa tan inculcada, sea el meollo de constantes guerras y disputas por terrenos?
¿Será que la “tierra prometida” posee un atractivo religioso y especial tan poderoso como para provocar guerras hasta nuestros días y quién sabe por cuánto tiempo más?
Éstas y muchas otras preguntas surgen al cuestionarnos el por qué de las constantes disputas por los terrenos de Israel.
Será que los acuerdos de paz que ha logrado conseguir e imponer Israel, ya no sirven porque ese no es el fin? Entonces, ¿será el fin acabar con el estado de Israel?...
Tuviste la intención de crear una columna. Sin embargo, tengo la intención de que quedó inconclusa.
ResponderEliminarEs fundamental que cierres la idea. De lo contrario, el lector sentirá que perdió el tiempo al leer tu texto.
Monserrat.